Ya sabéis que el tema principal de este podcast es poner en su sitio a la condición humana, bajarnos de nuestro trono de ser magestuoso terrestre y mostrarnos como lo que somos.. quizás no tan inteligentes, quizás no tan avanzados, quizás no tan civilizados humanos.. hoy hablaremos de cómo a los humanos, de vez en cuando nos gusta liarla, pero liarla bien.. no así de manera rápida y sencilla de arreglar, sino de manera compleja y peligrosa para nuestra propia existencia…

Los seres humanos, en nuestra necesidad de ir hacia delante ha dejado momentos para la historia como los vividos entre el 5 y el 9 de Diciembre de 1952 en Londres.. 12.000 muertos. Una cifra brutal. 12.000 personas que perecieron por un fenómeno que nunca había acontecido en la historia de la humanidad..

La Gran Niebla de Londres.

El infierno también puede ser muy frío.. un infierno que comenzó en Londres un viernes tremendamente gélido, 5 de diciembre de 1952…  eran días en los que la gente apenas conseguía calentar los hogares, días y días uno frío, el otro más.. y de esta manera, tanto las familias como las fábricas empezaron a quemar carbón de manera masiva.. toneladas y toneladas de carbón. Nadie fue capaz de baticinar lo que empezaría a ocurrir. La entrada de un nuevo frente frío que siguió desplomando las temperaturas y la ausencia radical de viento empezaron a conformar una auténtica catástrofe.

A lo largo de las siguientes jornadas llegó la bruma londinense, la típica, la que todos asociamos a la capital británica, una bruma que progresivamente fue espesándose.. fue cogiendo matices y un aspecto más tenebroso del habitual.. poco a poco, la niebla se mezclaba con el humo negro procedente de la quema indiscriminada de carbón de baja calidad… carbón rico en azufre, niebla que desprendía partículas de ácido sulfúrico.. una niebla mortal.

Decenas de kilómetros alrededor de Londres se fue conformando una cúpula tóxica de terribles consecuencias.

Primero los más ancianos, los enfermos, empezaron a tener problemas para respirar, después, prácticamente todo el mundo veía como todo se tornaba oscuro, la visibilidad no era mayor de 3 o 4 metros de distancia, la ciudad se paralizaba, el tráfico era imposible, moverse de una parte a otra una auténtica odisea.. y las escenas de pánico por las calles empezaban a ser habituales, con gente que caía literalmente desplomada en plena calzada, gente con ataques de nerviosismo.. gente que literalmente se ahogaba.

Londres se ahogaba, una ciudad con sus decenas de miles de habitantes .. parece un relato o el principio de un libro de Stephen King, pero por desgracia todo fue real.. la niebla se adueañaba de los parques, de los espacios públicos, incluso se filtraba y entraba en espacios cerrados.. no había escapatoria.. se cuenta como por ejemplo se tuvo que llegar a suspender la representación de La traviata en uno de los teatros más importantes de la ciudad porque desde el patio de butacas no se podía ver el escenario.

Imaginaos los tintes casi apocalípticos que la situación empezaba a tener.. ya sabéis también que cuando el llamado “orden establecido” se tambalea, cuando el devenir normal de una gran ciudad se desestabiliza, entran en juego los malos de las películas.. la situación de alarma social causada por la niebla mortal empezó a agravarse todavía más con la proliferación de numerosos actos vandálicos y criminales… saqueos, robos, incluso asesinatos, se empezaban a cometer al cobijo de la oscuridad reinante.

Como suele ocurrir en este tipo de casos, la confluencia de distintos factores, podemos hablar incluso de la mala suerte, ocasionó un fenómeno de terribles consecuencias. Aún hoy se considera a La Gran Niebla de Londres como el peor fenómeno de contaminación atmosférica en la historia europea.

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