A lo largo de la historia, la literatura, el cine y otras tantas recreaciones humanas han fantaseado con la estafa perfecta, el robo perfecto… esa acción realizada por ladrones de guante blanco en la que de manera limpia y eficiente se conseguía ser más listo que nadie y hacerse con el dinero de otros inteligentemente…

Últimamente, en buena parte del mundo se ha recreado gracias a la serie La Casa de Papel ese tipo de personajes que causan empatía y simpatía a la hora de robar, por ejemplo, el Banco de España…

También, todos hemos tenido la ilusión de ser capaces de adivinar los números de la lotería… mmm… si pudiera viajar en el tiempo tan solo una semana hacia delante para apuntar los números del próximo sorteo de la Primitiva… mmmm … si tuviera algún tipo de iluminación o inspiración y me despertara en mitad de la noche con unos números en la cabeza… y que al final esos números fueran los ganadores…

Muchos de nosotros hemos tenido esa falsa intuición a la hora de decir “algo me dice que este número va a tocar”.

En la historia siempre ha habido gente que ha intentado hacerse rica con la lotería y los juegos de azar. En ocasiones con maestría -como hizo el filósofo francés Voltaire, del que ahora después hablaremos… en otras ocasiones de manera ingeniosa y temeraria, como el caso acontecido el 22 de Enero de 2012… ese fue el día en el que se perpetró uno de los golpes más sonados en el sistema de loterías y apuestas de México. 160 millones de pesos, unos 8 millones de euros, con una trama de lo más cinematográfica..

Hoy, en Por qué no Decirlo… hablamos de los magos de la lotería.

 

Antes mencionamos a Voltaire… el pensador francés nacido en 1694 se hizo inmensamente rico… y lo hizo con la lotería, si señor… ha pasado a la historia como exponente de la Ilustración, como escritor privilegiado, pero este señor se convirtió en uno de los hombres más ricos de Francia.

Quizás dedique en un futuro un podcast al completo en torno a la vida de Voltaire… hoy, intentando ir un poco al grano, diremos que la vida de Voltaire empezó a cambiar cuando en una cena le presentaron al matemático Charles Marie de la Condamine. En aquella época un matemático desconocido pero que tenía en mente dejar de serlo pronto.

En 1727, con una Francia prácticamente en la ruina, el Ministro de Finanzas del pais tuvo una brillante idea para que la gente comprara bonos del estado. El Ministro anunció a bombo y platillo que quien comprara un bono, podría también comprar un billete de lotería, y si tu boleto era premiado ganabas el valor original del bono, y además un premio extra de 500.000 libras francesa… una auténtica fortuna en aquella época.

Aquí entró en juego el matemático De la Condomine. Hizo cálculos rápidos y se dió cuenta que había un enorme error en la propuesta, porque los bonos estaban de precio muy devaluados… la idea era muy sencilla, si se compraban todos los bonos baratos que fuera posible, las posibilidades de ganar el premio de 500.000 libras gastándose mucho menos eran muy altas.

Pues dicho y hecho, el matemático, Voltaire y otros cuantos colegas empezaron a comprar bonos baratos a mansalva, intentando hacerlo con discreción, sin que se descubrieran sus intenciones.

El día 8 de cada mes se celebraba un sorteo para otorgar el suculento premio, y casi siempre, alguno de los boletos de la pandilla de avispados salía ganador. Empezaron a ganar dinero como si nada…

¿cómo se desmontó el quiosco de esta trama? pues de manera bastante tonta e imprudente por parte de Voltaire, porque en la época era habitual firmar los billetes de lotería por detrás con frases que dieran suerte, pero el Ilustrado se dedicó a chulearse, poniendo frases del tipo “Aquí está la buena idea de mi amigo Marie de la Condamine”, o “Larga vida al Ministro de Finanzas”… cuando las autoridades empezaron a comprobar que las frases de los billetes premiados eran siempre las mismas se descubrió el pastel…
pero a esas alturas, los implicados ya eran tremendamente ricos y no había vuelta atrás…

 

Pero hoy también nos vamos a centrar en el 22 de enero de 2012 se produjo el golpe más sonado en el sistema de lotería y apuestas de México.

Los ladrones consiguieron robar más de 160 millones de pesos (8 millones de euros) simulando previamente los sorteos llamados Melate y Revancha, y haciéndolos pasar por buenos unas horas más tarde a través de la televisión… es decir, que hicieron una preproducción televisiva, grabaron un sorteo y luego lo emitieron en falso directo…Una acción digna de película Hollyvudiense…

La banda que estaba conformada por cuatro altos funcionarios de la empresa Pronósticos para la Asistencia Pública, dos trabajadores de la empresa Just Marketing (que producía el programa televisivo del sorteo) y la modelo encargada de mostrar los números de la combinación ganadora, consiguieron robar más de 160 millones de pesos (8 millones de euros).

El saqueo fue materializado cuando los empleados compraron los boletos y los rellenaron con los números exactos -que ese día fueron 06, 12, 15, 24, 25 y 49 y 09, 20, 36, 51, 53 y 54, correspondientes al sorteo Melate y Revancha- antes de que se transmitiera por televisión el sorteo. El proceso común del sorteo consistía en que un jugador podía elegir siete números de 56 posibles para su boleto. Luego, de una máquina salen los 10 números favorecidos, mientras más coincidencias hallan, mayor sería la cantidad del premio. Y, por su puesto, la banda tenía los 10 exactos.

Posteriormente pasaron el video frente a una interventora de la Secretaría de Gobernación haciéndole creer que el sorteo se llevaba a cabo en tiempo real. El grupo conformado por José Luis Mangas, Héctor Hugo López, Gustavo García, Carlos López, Jorge Ibarra, Ramón Sánchez y Sara Solórzano representaron el sorteo 2.518 antes de su hora de realización, para luego montar sobre la imagen del directo los números previamente grabados. Para que la simulación fuera perfecta la memoria de la modelo Sara Solórzano era fundamental, ella se encargaba de decir la combinación ganadora a medida que fueran saliendo las bolas, sin embargo, lo que recitó sin titubeos no eran los números que estaba viendo, sino los números falsos para que todo encajara. Y encajó.

Todo salió a la perfección, hasta entonces, el premio gordo era de ellos.

De acuerdo con los reportes de Pronósticos para la Asistencia Pública, dos personas se dividieron el premio mayor de Melate, de 112 millones, y dos más, el de la denominada Revancha, de 48 millones.

Annie Castillo, coordinadora Técnica y Jurídica de Pronósticos, se percató de que después de la celebración del sorteo sólo se presentaron familiares y directivos de Just Marketing a cobrar los premios y que los representantes de esa empresa ya no acudieron a trabajar.

Por esta causa solicitaron en marzo a la Procuraduría General de la República (PGR) investigar el proceso del sorteo 2518.

Tras las investigaciones las autoridades congelaron las cuentas bancarias de cuatro funcionarios públicos y los empleados de Just Marketing, con lo cual, según la Secretaría de la Función Pública (SFP), se evitó que gastaran el dinero “ganado”. Doce personas fueron detenidas, el último recién cayó en octubre pasado de este año. A pesar de que la mayoría pudo llevar su proceso en libertad, no consiguieron disfrutar del dinero.

Pronósticos actualizó y perfeccionó las medidas de seguridad en todos sus sorteos después del fraude. «Ahora además de un representante de Gobernación, hay un representante de Pronósticos y un encargado de controlar la parte informática en cada sorteo», explica a Verne Korina Velázquez, directora de informática en Lotería y Pronósticos.

«Desde 2012 está prohibido que la empresa que graba lo haga fuera de tiempo. Además, hay una cámara que graba todo el tiempo el espacio del programa y donde se hace el sorteo es un lugar 100% transparente», explica la funcionaria. Velázquez detalla que, a partir del escándalo, la institución cambió toda su normativa y actualizó la tecnología para hacer los productos más seguros (código QR en los boletos, cierre automatizado del sorteo, protocolos internos de control de calidad). «Gracias a la innovación tecnológica estamos un paso por delante para evitar nuevos fraudes», afirma Velázquez.

Como estamos recordando en este podcast, el intentar engañar a quien haga falta con la lotería de por medio es algo tradicionalmente intentado por muchos.. hemos de decir que en una grandísima mayoría de los casos, los aspirantes a ricos con la lotería son pillados en su intento… no todo sale tan bien como en algunas películas…

Por ejemplo, otro intento en nuestro país lo protagonizó un lotero de Sevilla que engañó a 4.000 premiados… y fijaos… las posibilidades de que a este lotero sevillano le saliese mal ‘la jugada’ eran mínimas. Uno de los grandes premios tenía que tocarle a los décimos que había vendido para que su estafa saliese a la luz. Sin embargo, la suerte no jugó a su favor.

Miguel Escámez Arquero ejecutó la que muchos consideran como la mayor estafa de la historia de la Lotería de Navidad. Escámez vendió participaciones de una peseta pero en una cantidad doble de la cubierta por los décimos que realmente poseía. Así el negocio era redondo.

Desde ese momento, este hombre se convirtió probablemente en la única persona que no quería que le tocase la Lotería en 1951.

Los problemas aparecieron cuando el Gordo le cayó a algunas de las personas que habían comprado billetes al lotero sevillano. Miguel Escámez y otros dos cómplices encargaron en una imprenta 120.000 participaciones de una peseta de los 30 números asignados como fijos a su administración. La estafa afectó a 4.808 personas que pasaron rápidamente de la euforia a la mayor de las decepciones…. no existían los décimos para los cuales habían comprado participaciones…

Si volvemos a cruzar el charco, y viajamos otra vez por el tiempo, nos vamos hasta Argentina con otro gran intento de estafar los sistemas de lotería… El 4 de septiembre de 1942, en la Lotería Nacional y ante la mirada de un salón repleto, los niños cantores, como los que siguen siendo tradicionales en España, anunciaban el primer premio. El número 31.025 se llevaba 300 mil pesos y ellos ya sabían a qué bolsillo iría: el suyo.

Tres días antes habían comprado ese billete. Era el fraude más grande de la historia.

Como en el tradicional sorteo de Navidad también en España, había 3 niños cantores, y dos bombos, uno pequeño con las bolas de los premios, y otro grande con las bolas de los números…

Aquél día , en el más grande, se agitaban los números en el que la bola con el número 31.025 jamás estuvo.

Claro… lo primero que se nos viene a la cabeza es cómo los niños cantores son capaces de orquestar una trama así… lo primero, es que en aquella época y en Argentina, los niños ya tenían cierta edad…

Por ejemplo, Nicolás Praino, el niño cantor principal, tenía ya 18 años. El era quien tenía en uno de sus bolsillos la bolita número 31.025 que había quitado de la bandeja minutos antes. En su lugar había colocado una falsa.

Su compañero, Miguel Navas, dos años mayor, o sea, que era un niño cantor de 20 años, había acercado la solución: un amigo tornero.

Navas le había encargado a Salvio Lancelotti, tornero de profesión, hacer una bolita lisa para poder sustituir en la bandeja la que él tendría guardada en sus pantalones. Y así fue como actuaron, se quedaron con la bolita con su número y la sustituyeron por otra.. se la sacaron literalmente del bolsillo cuando se cantó el premio gordo…

También los acabaron pillando, en un sistema que en aquella época tenía bastantes errores de seguridad…

El diputado nacional Agustín Rodríguez Araya empezó a rastrear irregularidades y elementos sospechosos que había en La Loteria..
entre otras muchas cosas, Araya analizó las jugadas de los últimos años y comprobó que de los millares, el 36 salía menos que los otros. El diputado hizo pesar las bolillas del millar 1000 y las del millar 36 para comparar. Las del millar mil pesaban 634 gramos y las del millar 36 pesaban 734 gramos.

Así lo cuenta en el libro que publicó en 1943, Mientras los niños cantan. Araya no estaba tras los niños cantores, los niños cantores se cruzaron en su camino. El diputado tenía a la Lotería entre ceja y ceja desde hacía tiempo: meses antes del fraude, en mayo de 1942, había creado una comisión investigadora…. ya olía algo un poco mal…

En nuestro país, todos recordamos aún el caso de Anthony Blake, mago español que presuntamente adivinó el número premiado en el sorteo de lotería de Navidad, fue acusado por la prensa de fraude. La cadena de televisión Antena 3 sospechó que el mentalista escondió un enano bajo la urna donde reposaba el libro con el número premiado.

Blake supuestamente escribió el número 8.103 en un libro que fue a manos del ecuatoriano Norman Manfredo Aguirre… un libro que guardó en una urna sellada, bajo custodia de dos guardias.

El diario El Mundo confirmó que el equipo de producción de esa cadena televisiva, que transmitió el evento de Blake, está “sorprendido y aterrado” por el truco. “Es un fraude y hay que contarlo”, denunciaron.

El mentalista José Luis González (Anthony Blake) en una entrevista al diario El Comercio Digital de Asturias, aseguró que adivinó el número premiado en la lotería de Navidad y despreció la teoría del enano… parece ser, claramente.. que aquel año nos tomó el pelo a todos… que sepamos, no ha vuelto a adivinar ni un solo sorteo más…

En todas las loterías del mundo se juntan muchos factores y sentimientos… los amantes de la numerología y los que confían en tener una fórmula estadística infalible… los que creen en su destino y en la suerte… los supersticiosos que han pasado por no se sabe cuantos sitios sus décimos para que se impregnen de suerte …. los caraduras que intentan engañar con el tocomocho y artimañas similares …. la suerte es loca y a cualquiera le toca… y La buena suerte se pasa, y el saber se queda en casa…

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