Hoy, en Por qué no decirlo, una pequeña reflexión, un ratito, en torno al mundo de los vagos..

La palabra en cuestión tiene dos acepciones principales:
1.
[persona] Que tiene poca disposición para hacer algo que requiere esfuerzo o constituye una obligación, especialmente trabajar.

2.
[persona] Que carece de oficio conocido.

.. sin embargo, esto no va a ser un podcast encaminado únicamente a criticar a desocupados, holgazanes o gandules, sino en dar una vuelta a que es lo que esta sociedad nos presenta como vagos, si es cierto que lo son… poner una duda en el aire … quizás el concepto de construir super-humanos que en muchas partes de la sociedad está plenamente establecido no es correcto .. me viene a la cabeza la publicidad de un colegio privado en la ciudad donde vivo que hablaba sin tapujos de ese concepto, vendiendo que de ahí salían super-ciudadanos, preparados para llegar a lo más alto..

.. Creo que todos conocemos ociosos caraduras, vividores del cuento, que le echan morro al asunto, normalmente aprovechándose del trabajo de los demás…. También a algún otro que aprovecha su estatus social o laboral para relajarse de más, para dejar de cumplir con sus obligaciones, su trabajo, perjudicando a los ciudadanos y a las personas que dependen de ese trabajo.. También conocemos a algún antisistema que les encanta vivir sin hacer nada precisamente chupando del sistema…

 

 

Los vagos. Los hay. Y no me gustan nada. No me gusta la vagancia como forma de aprovecharse de los demás.

Creo que esta va a ser la distinción principal… respeto a todo aquel que decide aislarse de esta frenética sociedad de competición consumista y tremendamente clasista.. todo aquel que escapa a “sus propias islas” y que sin molestar ni afectar a nadie, intenta vivir con sus propios medios y recursos .. y si se intenta vivir con el mínimo esfuerzo posible, mejor. Creo que esto es no sólo respetable, sino envidiado por muchos, porque siendo realistas no todo el mundo tiene esa opción de manera sencilla.

El problema está en quienes estando dentro de la sociedad, con sus reglas buenas y malas, utilizan la gandulería como forma de ser más listos que nadie. Los aprovechados.

Por desgracia, en este mundo, si quieres tener un iPhone, conexión 4G sin límite de datos, tres o cuatro vaqueros Levis, cenas en buenos restaurantes y salir de cañas con los amigotes con cierta frecuencia, y tantas otras cosas.. por desgracia, habrás de buscarte la vida, principalmente, y para la mayoría trabajando …

Pero.. ¿es para eso para lo que realmente estamos programados como humanos?

.. pues al parecer no.. estamos programados para ser más vagos de lo que esta sociedad nos exige.

Por ejemplo, un reciente estudio del profesor Ted O’Donoghue, de la Universidad de Cornell (EEUU), incide en el hecho de que «Buscamos recompensas inmediatas, posponiendo el sacrificio».
Nuestro cerebro actúa como una balanza mal regulada. En el extremo negativo se encuentra la frustración provocada por una obligación que no queremos asumir: por ejemplo, ir a trabajar.
Mientras, en el positivo se encuentran los futuros beneficios que nos reportará ese esfuerzo: dinero, reconocimiento profesional, etc.

El problema es que nuestro cerebro está programado para procesar con facilidad los elementos específicos próximos en el tiempo (la parte negativa), pero es incapaz de ver claramente los conceptos a largo plazo (las recompensas).

Otro ejemplo.. otro estudio..

.. el elaborado por la Universidad Simon Fraser (publicado en la revista «Current Biology») ha desvelado que el cuerpo humano está «programado» para ser vago y aprender a ahorrar energía en cada uno de sus movimientos.

La investigación ha demostrado que la pereza es inherente en el ser humano y es producida por el sistema nervioso de nuestro cuerpo de forma totalmente subconsciente. Y es que, nuestro inquieto cerebrito evoluciona día a día para lograr que el gasto de energía que se tiene en actividades cotidianas sea el menor posible (por ejemplo, en un acto como es el de andar, «reoptimiza» los patrones de movimiento en un intento de que caminar sea lo más barato posible para nuestro organismo a nivel energético).

«Para bien o para mal, nuestro cuerpo está programado para moverse con la menor energía posible», explicaban los expertos.

Si tu, amigo escuchante, formas parte del enorme colectivo de humanos que soporta con resignación a un compañero, un hijo o un hermano zángano nos dicen que quizás deberíamos ser más comprensivos… Y, cada vez que te entren ganas de abalanzarse sobre él y darle un buen meneo confiando en que eso le sacuda la pereza, respirar pausadamente y .. bueno, vamos a reconocer que el exceso de vagancia ajena es a veces bastante dificil de gestionar por parte de muchos de nosotros..

En el concepto en el que vamos intentamos incidir en este podcast es en que La vagancia tiene diferentes niveles, como casi todo en la vida, y se puede observar desde diferentes perspectivas..

De hecho, hemos evolucionado y construído increíbles herramientas para conseguir lo máximo con el mínimo esfuerzo…

Además, lo que está claro es que no hay dos humanos iguales.. para unos la inactividad es insoportable, y otros centran su existencia en encontrar los máximos ratos de sofá y contemplación.. también creo que se nos intenta inculcar un concepto de vagos equivocado en muchas ocasiones porque se tiende a confundir el ser un gandul con no estar todo el día trabajando en una empresa dándolo todo y consiguiendo el máximo éxito profesional, el máximo estatus social, la cuenta bancaria más abultada…

.. vuelvo a la reflexión anterior, si no perjudicamos a nuestro entorno o a la sociedad en general.. creo que todos buscamos y merecemos ganarnos la vida con el mínimo esfuerzo posible, sin que se nos deba tachar de vagos. Y además, el tener el máximo tiempo posible para tumbarnos a leer, escuchar música, grabar un podcast o echarnos unas partidas a un videojuego, no debe confundirse con ser vago.. debe ser una aspiración de cualquier humano de a pié. ¿Qué es reprochable? Pues por ejemplo, lo que me ocurrió un día al acercarme a una Delegación de Hacienda y encontrarme que la persona encargada de la atención al ciudadano en la mesa de información general intentaba tener el máximo tiempo posible para leer sus libros personales, pero en su puesto de trabajo.. perjudicando de esta manera la calidad del servicio y en general, aprovechando su situación para cobrar sin cumplir con su trabajo de manera adecuada…

.. ¿podemos pillar este concepto?.. ¿podemos aspirar a trabajar lo mínimo posible y tener el máximo tiempo de ocio posible sin que se nos acuse de vagos, no? .. pero eso, sí.. cuando nos toca arrimar el hombro, cuando de nuestro trabajo y esfuerzo depende el bien de la comunidad, el bien de nuestra empresa o de nuestros compañeros de trabajo.. ahí no hay hueco para la pereza.. esos son los vagos, los aprovechados que no me encajan.. los “listos”…

Creo que es lógico pensar que los millones de años de evolución no han sido suficientes para adaptarnos a la velocidad de cambios que tenemos hoy. Las actualizaciones de nuestro sistema operativo como humanos va bastante más despacio que esta sociedad…

 


 

Vamos a seguir hablando de lo vagos que somos..

Según el neurocientífico Matthieu Boisgontier, un profesor de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, estamos programados para hacer el mínimo esfuerzo… en eso, como estamos viendo hay mucha unanimidad en muchos estudios y desde el prisma de muchos científicos…

Tras varios años de estudio, Boisgontier ha llegado a la conclusión de que si no te vuelves loco por ir al gimnasio, o de echar a correr nada más levantarte, no eres un bicho raro; en realidad, no eres más que un tipo normal.

He aquí un experimento que pusieron en marcha este profesor y sus colegas…
… reclutaron a un grupo de jóvenes voluntarios a los que sentaron en un sofá frente a un ordenador con unos electrodos pegados a sus cabezas para medir su actividad cerebral. Allí, cómodamente repantingados, debían controlar con un mando un avatar que aparecía en la pantalla. El experimento consistía en mostrarles imágenes que representaban actividad física o inactividad, y los ‘conejillos de indias’ debían mover el avatar lo más rápido posible hacia las que mostraban actividad y alejarlo lo más deprisa que pudieran de las sedentarias.

El estudio demostró que los voluntarios eran mucho más rápidos cuando dirigían su avatar hacia las imágenes de actividad que al alejarlo de las perezosas, pero los electroencefalogramas dejaron bien claro que también consumían muchos más recursos cerebrales.

El profesor canadiense explicaba que «La gran novedad de este experimento es que demuestra que si eliges las imágenes de actividad física pagarás un alto coste en términos de gasto de energía por parte del cerebro, y de ahí que éste tienda a favorecer los comportamientos sedentarios»….

Es más, el experto opina que muchas veces se fracasa con campañas que intentan combatir la inactividad física de buena parte de la sociedad porque estamos luchando con procesos cerebrales que se han desarrollado y reforzado a lo largo de la evolución, empeñados en ahorrar energía por si vienen tiempos peores.

Pero también es cierto, al parecer, que hay otra parte de nuestro ser que está dispuesta a luchar contra esa holgazanería programada… otras investigaciones han demostrado que existen nada menos que 36 genes relacionados con la motivación para vencer la pereza y promover el movimiento y el ejercicio.

Los problemas normalmente se generan cuando se juntan personalidades con diferentes listones de sacrificio y de vagancia.. por ejemplo, en el trabajo.

Según la encuesta Adecco sobre Presentismo Laboral, una de cada dos empresas reconoce tener hasta un 10% de trabajadores presentistas.

¿Qué es el presentismo laboral?.. bueno, pues lo recordamos.. El presentismo laboral, se refiere a acudir y estar presente en el puesto de trabajo, pero dedicando parte de la jornada laboral a otras funciones que no son propias de su puesto de trabajo. O sea, literalmente el presentismo laboral es lo que muchos llaman: “el mal de calentar la silla”.

Las prácticas habituales de este perfil son: incorporarse con retraso y/o finalizar la jornada antes de tiempo, el uso de Internet para temas personales, ausencias por tabaquismo y empleo extra de tiempo en descansos o almuerzos.

Según Adecco, el uso de internet, email y redes sociales con fines personales durante la jornada laboral es, sin duda, la práctica presentista más extendida.
Ya no sólo las personas que trabajan en oficinas son propensas a utilizar internet para usos personales en el trabajo, hoy con el uso de Smartphones puedes hacer de todo en cualquier lugar.

Precisamente por eso, puede surgir la tentación de visitar páginas web no vinculadas al trabajo. Internet es una ventana al mundo que nos permite comprar, leer artículos o ver vídeos: las distracciones están aseguradas. En consecuencia, algunas empresas deciden restringir la navegación en determinados sitios web.

De esta manera podemos destacar tres acciones 3 acciones en las que internet puede fomentar el presentismo en la empresa.

Consultar las redes sociales. Las notificaciones de Facebook, Twitter e Instagram llegan por varios canales (ya no solo el móvil). Una solución para evitar las interacciones en horario laboral es establecer momentos específicos del día para consultar el móvil. Por ejemplo, el momento previo al desayuno y a la comida.

Gestionar el correo electrónico. Realizar limpieza en el mail es una tarea más rápida de lo que parece, pero puede convertirse en una excusa perfecta para perder el tiempo. Si tienes que resolver algún aspecto del correo, procura hacerlo cuando llegues y sigue después con los otros objetivos del día.

El uso de Whatsapp cada vez más se integra en la rutina laboral de miles de persona en España y sobre la cual no hay demasiados controles.

… mal, mal y mal .. mal por los que se aprovechan de su empresa, mal por los que se aprovechan de la administración pública y del dinero de todos, mal de los que se aprovechan de sus compañeros de trabajo.. mal.. esos tipos de vagos mal…

Incluso, los hay en los que la vagancia se convierte casi en algo patológico.. ya no pueden salir de ella y todo en su vida gira en torno a un universo gris de gandulismo..

Reconocemos en muchas personas, de vida gris y vaga con síntomas habituales, no puntuales, como:

  • Retrasar habitualmente el inicio del estudio, del trabajo, de sus obligaciones (procrastinación: huida de las tareas necesarias pero poco apetecibles. En lugar de hacer lo que deberían hacer, hacen lo que les apetece hacer)
  • Dan prioridad a tareas fáciles en lugar de las importantes y urgentes.
  • Siempre esperan a tener el ánimo suficiente para actuar.
  • Habitualmente renuncian a los planes y objetivos que se habían propuesto, van perdiendo oportunidades y abandonan estos objetivos.
  • Están convencidos de que sus fracasos se deben a la escasez de medios a su alrededor, a la mala suerte… son quejicas, el problema es todo lo que le rodea, no ellos..
  • Creen que tienen un problema de concentración, de falta de apoyo y recursos, y el problema es que esperan que las tarea sean automáticas,y no lo son, sino que, requieren algo de esfuerzo y ellos han perdido la capacidad de hacer , incluso, pequeños esfuerzos.

.. hay muchas personas que no lo consiguen, ni tan siquiera se acercan, pero a mí siempre me ha gustado en mi vida luchar por tener distintos espacios y comportarme de manera distinta en ellos.. es decir, ser el mejor y arrimar el hombro como el primero en el trabajo, no quita que cuando haya que irse de fiesta se comporte uno de la misma manera.. de fiesta no se puede ser el aburrido trabajador responsable y en el trabajo no se puede ser el fiestecillas graciosete y bailongo.

Quejarse sin motivo en la vidaLas vidas perfectas de internet y las redes sociales